Me cansé de guardar mis dibujos en un cajón y los puse al lado de textos sin mucha importancia sobr

jueves, 29 de abril de 2010

Nos Gusta Hacernos los Grandes

08NosGustaHacernosLosGrandes

Nos encanta hacernos los grandes, sumar adherentes a nuestras causas, sumar miles de firmas, juntarnos de a poco, subirnos uno arriba del otro, aunque esto implique romper más de una costilla o tener que escondernos tras un disfraz. Nos gusta que nos miren hacia arriba, juntar las fuerzas necesarias para demostrar ese poder absoluto que completa la necesidad de gobernarnos y gobernar al resto. Ese síndrome de gigantismo, es el mismo que nos ha hecho caer de nuestras enormes torres, donde el que es cabeza piensa, el que es tronco mantiene, pero el de abajo, el que apenas soporta todo el peso, el de hombros fatigado, es el que motoriza al gran cuerpo.

Las personas han tenido la gran idea de que para inspirar respeto deben organizarse, generar agrupaciones, armar falsos cuerpos, pasar de un poder individual a un falso poder colectivo, porque desde arriba se inspira más temor, porque desde arriba se ven mejor las cosas. Nos gusta creernos el cuento del líder, del empresario exitoso, de la clase alta, de la baja y de la media, nos gusta vernos ordenados, alineados. Eso si que es ser un verdadero de modelo de verdad y autoridad, eso si señores. Que ese cuerpo grande, que se hace el grande pero no lo es, porque son muchos cuerpos para aparentar uno solo, saque su enorme abrigo y demuestren quienes son los insignificantes que se hacen los grandes, quien se cree cabeza, tronco y pies. Mientras el de arriba va en un descanso eterno, que el del medio amortigüe y que el de abajo siga caminando pues.

Panchulei

miércoles, 28 de abril de 2010

Culto a la Inmortalidad

07CultoALaInmortalidad Injertos, tratamientos para la caída del cabello, he visto incluso el arte de la extracción de tumores, vacunaciones anuales, yesos para los huesos rotos, cremas antiarrugas, tatuajes que son “para siempre”, transfusiones de sangre, cirugías reconstructivas, conjuros y brebajes mágicos para llamar a la juventud, o mejor para llamar a la conservación de nuestro cuerpo. Ya se ha transformado en costumbre, o más bien, ya son una necesidad casi obvia, actividades esenciales para nuestra vivencia. Se miraría con horrores a quien en su sano juicio intentara contradecir el culto a la inmortalidad. Imagínense si alguien fuera capaz de evadir todo cuidado físico y se dejara fluir por el normal camino trazado con el que nació su cuerpo. Dejar crecer las uñas, dejar envejecer la piel, esperar a ver si nuestro sistema inmunológico es capaz de sobrellevar por sí solo una enfermedad, dar lo justo y necesario a la vida diaria.

Por lo demás, hoy todo es contrario a la ruta natural, y tratamos todo el tiempo de evitar los baches y las curvas peligrosas, nos hemos asegurado de reparar nuestros defectos genéticos y el desgaste obvio al paso del tiempo. Hemos evitado enfermarnos, ponernos en situaciones de riesgo e incluso hemos llegado a estancarnos en alguna cómoda y gloriosa edad. Hemos querido mantener lo mejor de nosotros, resaltarlo, darle más importancia a la salud del dolor que a nuestro propio interior.

El dramatismo invade los esfuerzos que solo han retardado el momento de convertirnos en polvo, ha dilatado la agonía, ya que hombres y mujeres han gastado las fortunas materiales e intelectuales de nuestra especie, mientras el pelo se sigue cayendo, la piel se desgasta, los órganos se revientan, el cuerpo marcado finalmente no seguirá existiendo, las bellezas se esfuman. Digo que es un dramatismo, porque es tan difícil encontrar durante la vida, la maravillosa experiencia de nacer pero también de morir, de ser seres finitos, de que en algún momento solo nuestras almas valdrán la pena, y que el dolor por ver nuestro cuerpo envejecer y a los nuestros morir, algún día se acabará.

Panchulei

lunes, 26 de abril de 2010

La Inútil y Vieja Acción de Degradar

06LaInutilYViejaAccion Esta acción resulta ser muy visible a las horas de las comidas. Entre familia, grupos de amigos, colegas y desconocidos. También durante los trayectos de un lugar a otro, sobre todo con quienes no suelen compartir el mismo vehículo y compiten por una pista. En extrañas circunstancias, he visto como sucede en largas filas de la impaciencia. Para que cometer el error dos veces, si luego de una basta, y para eso tenemos la degradación, que con todas sus letras está para gastar, desteñir, quitar, envejecer y dejar al otro hecho un estropajo, un pedazo de mundo inservible, cargado de agonía. Insolencias, castigos, humillaciones y exquisitas vejaciones.

Resulta muy simpático realizar el ejercicio cuando se degrada a otro, pero se es muy inútil cuando esa degradación va hacia uno, sobre todo si se es entero. Suele suceder que cabezas huecas y seres sin vocación, degradan con facilidad, sobre todo cuando están tristes o inseguros. La parte inútil de todo esto es cuando el ser degradado en cuestión sabe de la precariedad del degradante, que de pronto, justo la tipa que está frente a ti es la más tonta, la más poca cosa, la más sonsa, la más cobarde, la más violenta. Sabe que de pronto aquel tipo que tanto te degradó es el más bobo, el más holgazán, el más agresivo, el más vacío.

El degradante se inunda de cólera, comete el error de dejar escapar su vocabulario, se convierte en animal, deja fluir su saliva, hincha sus ojos, emana mal. El degradado convierte su cuerpo en un temblor constante, achica su boca, deja soltar unas lágrimas, se aferra a lo más cercano, convierte el matiz de una conversación en deseo y pasa a ser insignificante aplastado por las blasfemias del otro. Insólitamente, el cargo de conciencia suele repartirse en ambos; el degradante suele haber sido tan blando y no haber tenido la paciencia de procesar todo lo que le quería decir al otro. El degradado se arrepiente y se avergüenza de sí mismo por no haberse defendido, y para variar, queda en el tintero alguna degradación más inteligente para decirle al otro y dejarlo callado.

La gracia del tema, es que se puede ser degradado pero también se puede ser el degradante. La gracia de cada uno es ir intercambiando estos papeles a lo largo de la vida, y no ser por tanto tiempo el mismo, ya que el resto podría llegar a sospechar.

Panchulei

sábado, 24 de abril de 2010

Fobias Infantiles

05FobiasInfantilesNo sé si llamarlas justificaciones o si es la cobardía de afrontar miedos y superarlos de una vez por todas, pero más de una vez me he encontrado con mis propios traumas, venidos del pasado y originados por situaciones alejadas a la realidad actual. Muchas de ellas fueron creadas en ese mundo de misticismo propio de los niños, cargada de sensaciones y fantasías, pero alimentadas y mantenidas por la ignorancia generada por el constante ocultamiento de la dolorosa realidad que los adultos acostumbran hacer.

Conocí a un chico en el colegio que le temía a las lagartijas. Cuando era verano, fue de vacaciones con su familia materna, y uno de sus primos tenía la afición de morder sus colas y luego escupirlas, mientras miraba atónito como entre extraños fluidos, la lagartija comenzaba a regenerarse. Mi vecina contaba que su hija menor temía a las flores, de lo que alcancé a enterarme fue de que su abuelo, mucho antes de que ella naciera, murió en las islas galápagos a causa de envenenamiento por el contacto con un llamativo árbol.

En otra ocasión, una profesora nos contó que siempre ha tenido miedo a los espectáculos masivos por el simple hecho de pensar que la gente puede pisarle los zapatos. El inspector del colegio nos dijo que le era imposible leer en rojo, ya que le recordaba a la sangre y temía que en alguna extraña situación esas palabras comenzaran a brotar como la sangre que corre cuando hay una herida profunda. En una asamblea, la directora confesó que su mayor temor era ver a la gente sin llorar en un funeral. Lo más increíble de todo, que cuando les toqué el tema de forma personal, todos concordaron en que el origen de estas fobias provenían de extrañas actitudes infantiles, amenazas innecesarias, malas jugadas y la crueldad de algunos muchos.

Hay fobias más entendibles, como la sensación de que si se llegase a pisar las líneas entre cada uno de los bloques que conforman la vereda, alguien morirá, o el terror de ver la cara de un actor haciendo de Jesús en la tele por semana santa, para que hablar del horror al silencio que muchas personas tienen, pero sin lugar a dudas hay fobias que matan; como la de los extraños durante la noche. Perfectamente, y como hemos visto en ocasiones anteriores, fobias como esas pueden llegar a convertirnos en estropajos inservibles, incapaces de movilizarnos o en temibles chacales capaces de asesinar. Porque cuando caminando en mitad de la nada, con la oscuridad en nuestros hombros, se acerca un extraño a nosotros, no hay tiempo para pensar si es alguien bueno o malo.

Panchulei

jueves, 22 de abril de 2010

Dormir de Noche

Rascarme las manos, golpear la cabeza contra la almohada, adormecerme los pies para luego adormecerme por completo, mecerme de un lado a otro, arroparme hasta la cabeza, leer hasta quedarme dormida, abrazar la almohada y respirar contra ella como simulando una asfixia. Son experiencias exitosas tras años de insomnio, aunque sean maneras poco elegantes de conseguir el sueño, han sido técnicas perfeccionadas, incluso he aconsejado a personas que sufren del mismo mal a hacer las cosas que yo hago.img008

Más allá de buscar soluciones parches para quedarme dormida, he logrado vislumbrar la raíz del problema. Todo radica en dormir de noche, ya que he solido imaginarme temibles sombras de enanos y monstruos pequeños que se asoman desde el reloj, o escapando de alguna buena novela. Para que hablar de los árboles que se convierten en temibles garras o de las vibraciones producidas por los camiones que pasan por la calle, las que me hacen recordar aquella noche en la que el miedo se coló entre los sueños y logró despertarme en un baile demencial.
A diferencia del día, la noche es ese coladero infernal, donde solo se deja pasar a los miedos y las preocupaciones. La angustia se acentúa, se transforma en razón de ser. La oscuridad transforma cualquier sector de la casa en el peor lugar, y esa sensación antes de acostarme me obliga a repetir los mismos códigos para llamar a ese sueño que disfruta convertirme en algo que no quiero, una muerta viviente, una señal apagada, dos ojos cerrados, un tibio deceso momentáneo.
No creo que las cosas cambien mucho al dormir de día, pues la noche es inevitable, y se lidia con ella dormida o despierta.

Panchulei

miércoles, 21 de abril de 2010

Respeto ganado

03RespetoGanado Desde la altura, pasando por la boina y la presente barba. Chaqueta de primera, pantalones hechos a medida por un sastre, zapatos italianos heredados por el padre, camisa comprada de segunda mano. Además, que decir del hermoso auto estacionado allá afuera, costó tanto; un año persiguiendo al coleccionista para convencerlo que estaría bien en sus manos, cuatro meses de taller, una semana de pintura y confección de accesorios. Pero que importa si cuando se sube a él y pasea por sus llamados “barrios lindos”, su perfil sube como la espuma. Cuando sus amigos van a casa se asombran de sus estantes, repletos de libros que dice que ha leído, pero solo son ladrillos de adorno. Se sientan en los sillones comprados a un anticuario, se cruza de piernas. Con orgullo cuenta por enésima vez la historia de aquella pintura, la travesía que tuvo que correr para comprar ese tapiz, lo afortunado que ha sido al toparse con esa escultura a mitad de precio. El resto suele preguntarle como van los negocios; “cada vez mejor, se vienen cosas interesantes”, pero la verdad es que solo las abultadas cifras que sus clientes ofrecen son capaces de atraerlo. El sonido de su voz es delicado, suele hablar lento ya que no es de mente muy rápida, por lo que se aferra a la idea de hablar con calma y no equivocarse nunca. El resto se da cuenta, pero la champaña es exquisita, el cocktail siempre es de primera, y para que van a echar a perder todo, si para eso vale la pena aguantarlo. Su pedantería saca chispas internas incapaces de pasar desapercibidas, pero que más da, si con él lo tienen todo.

Solo cuando es medianoche se atreve a salir a esos lugares en los que hay gente como él, que vive haciéndose la elegante, que se alimentan de las apariencias. Algunas vez leyó que las mentes como la de él son las vegetativas, que no cuidan de su mundo interior, y se preocupan más del que dirán y del flash de las cámaras, aunque esa idea solo lo atormentó durante unas semanas, ya que finalmente el lujo lo cura todo. El diario del domingo llevará su imagen en las páginas sociales, y más de alguna vez ha sido entrevistado para ciertas revistas opinando de tendencias. A nadie le importa que todo lo que sepa haya sido aprendido en revistas especializadas o imitado de las películas, ya que obviemos que sus viajes hayan sido muy provechosos intelectualmente. Según él no le debe nada a nadie, pero sus padres aún están endeudados con el penthouse que le regalaron cuando a los 30 años logró sacar su carrera de la universidad más costosa de la ciudad. Odia la reprobación de su tío abuelo, aunque haya sido gracias a él que es gerente general de la editorial. Repudia la idea de reconocer su pasado, ahora que se ha renovado como el rey Midas, y realmente está más solo que él, ya que solo en su mundo de mentira hay cabida para tomar como afectos reales a quienes lo siguen por lo que compra o le compraron.

Panchulei

martes, 20 de abril de 2010

Desde la tranquilidad de nuestras fortalezas

img001 Ya no nos motiva salir de nuestras fortalezas y caminar hacia nuestras ágoras, porque ya se hicieron insuficientes y muy limitantes. Desde ahí no podría saber que sucede en México o en Alemania, mucho menos saludar a mi amiga que está en Japón, o ver la última novedad musical. Que mejor que ver la última foto de mi vecina con ese tipo que cae tan mal, y entender que el tipo es bueno con ella y que se conocieron en el cumpleaños del primo de la amiga que le quitó el novio a la hermana del colega que tuvo en su primer trabajo. O recibir un correo de tu antiguo jefe con fotografías de su familia compuesta por sus seis hijos y señora directo desde San Francisco. También te puedes enterar del terremoto en China y compararlo con el de Chile, y en el blog del diario conservar un exquisito debate sobre pedofilia y buenas costumbres, donde la variedad de las extensas y rebuscadas opiniones sacan más de una roncha. Llegaron las fuentes y se actualizaron tres podcast y seis blogs. Luego de eso, la película de moda está lista para ser descargada, y el streaming de noticias alternativas sale en cinco minutos. Desde el computador de escritorio, del laptop o del móvil, la pantalla nos repleta de noticias, novedades, conversaciones y lugares donde dejar nuestro paso por la red. Al lado de un vaso de jugo, frente a la tele, con el gato en las faldas, siempre encerrados, no dejen siquiera salir un suspiro, que no se escape nada de nuestras fortalezas, nuestras trincheras o cárceles, según como se tome el asunto, ¿no?

Panchulei

domingo, 18 de abril de 2010

Asimilando discos

Como todos los primeros de cada mes, siempre de forma distinta y para variar en la misma disquera ubicada en el centro, tomé la decisión musical de la temporada. Será jazz, algo de rock, algo más  experimental, un clásico, alguna idea de lo que es barroco y neoclasicismo. Ahora más que la decisión musical, me dejo guiar por mis ojos, las portadas, el nombre de cada una de las piezas seleccionados por los autores y/o intérpretes. Que ganas de sacarlos de la caja y escucharlos antes. La decisión siempre es la más arriesgada, aunque tenga una elaborada idea de que es lo que viene adentro, la sorpresa siempre es lo más grande, lo que finalmente le da forma de desconocido.

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La actividad es simple y mucho más obvia de lo que se cree; consiste en tomar un lugar cómodo en donde nos encontremos este disco y yo, poner los audífonos o los parlantes muy cerca, luego escuchar el disco una y otra vez, tal vez una cinco o seis veces (debo advertir que en algunos casos pueden llegar a diez las repeticiones). Los primeros encuentros suelen ser así, sin intercepciones ni variaciones, a ojos cerrados. Cuidado con el quedarse dormido, debo poner atención a cada papel jugado en las distintas etapas del desafío, claramente hay arreglos asombrosos, como armonías pobres y melodías que deslumbran. Ya en la tercera o cuarta repetición, subo a los bajos y siento la vibración de los contrabajos, las percusiones y las notas más profundas. Durante las últimas repeticiones logro entender que cada asombro o desagrado tenía o no un por qué dentro de todo el disco.

¡Cuidado!, no es lo mismo escuchar un disco con grabaciones en vivo de algún músico como Miles Davis que escuchar el último disco de Gorillaz. Hay muchas diferencias entre la precariedad de una grabación de hace 60 años, que asimilar un disco de estudio. Aunque ambos sean innovadores en su tiempo, la mezcla precisa y la espontaneidad tienen gustos lejanos entre sí, no mejores ni peores, sino que son viajes distintos, diferentes rinconcitos del cerebro iluminados, una textura extrema a la otra. Tal vez a uno le daré una vuelta más, tal vez al otro una menos, pero nunca sobrará ni faltará aquella repetición que me dejará tarareando cada pieza del disco durante el resto del mes. Solo así he logrado entender el disco, aunque sea a mi manera.

Panchulei

Sobre lo que hay de mandamientos y de mentiras en este sitio

Me ha parecido siempre muy entretenido y gracioso tratar de descifrar el origen de nuestras manías y extrañas costumbres. He tratado de fabricar explicaciones, intentos siempre fracasados, ya que los “porque si” y los “porque no” han invadido las respuestas. He tratado de erradicarlos de mi vida, obviamente en vano, intentando ser más natural, menos mecánica, pero me he visto prisionera de los códigos que yo misma he insertado para contener cierto orden.

PresentaciónEstas prácticas, que por seguro animales y vegetales deben apreciar con curiosidad, han inundado mi vida, y la de toda la humanidad. He tratado de mirar desde fuera, pero también lo he hecho desde adentro hacia los demás, descubriendo estas nuevas tablas de la ley traídas de nuestros confusos sentimientos, de aparatos inertes, y del rápido y furioso ritmo de vida que nos ha consumido, pero que también ha sacado lo más extremo de nosotros; nuestras peores frustraciones, los más extraños hábitos, los más exquisitos fetiches, los gestos más humildes y la capacidad para volvernos, así, como por arte de magia, en tipos siempre merecedores de algo.

“Mandamientos de mentira” no pretende dar una pauta que conduzca a la verdad, sino que este solo es un pequeño baúl donde dejar los libros de quejas y las maravillas recolectadas por siempre y para siempre. Como dice en un costado; “Me cansé de guardar mis dibujos en un cajón y los puse al lado de textos sin mucha importancia sobre cosas que determinan nuestras vidas.” Los invito a reflexionar a que mandamientos de mentira estamos encadenados, que hemos tenido que inventar para seguir en pie, y hasta donde llegarán las justificaciones de cada uno de nosotros para respaldar aquellas pequeñas obsesiones que nos consumen.

Panchulei