Me cansé de guardar mis dibujos en un cajón y los puse al lado de textos sin mucha importancia sobr

sábado, 18 de septiembre de 2010

De Incógnito

Estos días son / No un castigo, más bien devoción / Qué separación de mi por dos / Logro mecanización / Pasar años en rápido voy / Pero antes debo atrasar mis juicios.

Estos días van / Qué brillan, que me dan demás / Credibilidad, inteligencia o imbecilidad / Y me atraviesa / Lo que perdura ya es condición / De mis pasos faltos poco errático asfalto.

Quiero sortear mi día / Hacer de mi creación / Campo abierto obsoleto / Fuera de toda inspiración / Y darle espacio al viento / Que arrebata mi imaginación / Una ocupación de incógnito / No sirve, no, no, no, no, no.


Me había acostumbrado a tapar mi cara con un antifaz negro de terciopelo, para que los que me vieron en el escenario no me reconocieran de civil por la calle. Cuando llego al trabajo, mis colegas y jefes ni siquiera se enteran de que fue lo que hice anoche, es como si hubiera cometido un crimen. Cuando me quedo dormida sobre el escritorio, no tienen idea de que ayer la función fue muy tarde por la noche, que de ahí hubo que ordenar, sacarse el maquillaje, las trabas de la peluca estaban duras y me pinchaban los dedos como pequeños diablillos afilados. De noche sueño con lo que vendrá, pero siempre de noche, o por los fines de semana. Luego hay que cumplir la rutina de lunes a viernes, de nueve a diecinueve horas, con un escritorio rebosante de planillas y asuntos por resolver, siempre de incógnito.
Durante la función de anoche divisé a mi jefe entre el público. Me dio escalofríos que me viera por primera vez sin ese antifaz de incógnito. Mi sorpresa fue aún mayor, cuando a la mañana siguiente me llama a su oficina, me entrega un sobre azul y dice; “Lo que perdura ya es condición, y usted no nació para este mundo. Prefiero que se dé una oportunidad, porque lo hace fantástico… Una ocupación de incógnito, no sirve, no, no, no, no, no”. De mi boca fue imposible que saliera algo más que un “Gracias”.
Hoy trabajo de lleno en el teatro, ¿y saben qué?, no me he muerto de hambre. Y aunque me muera antes, moriré completa.


7 comentarios:

VALENTIN dijo...

cuando nos quitamos el antifaz, vivimos ligeros, sin complicaciones y una sonrisa a flor de labios ... Me es grato siempre leerte !!!!!

Beauséant dijo...

al final sólo te pueden hacer daño si decides que pueden hacerte daño, por eso nos da tanto miedo quitarnos el antifaz.

Mathilde dijo...

FRAN! NECESITO CONTACTAR AL JAVIER CHAMBEAUX DEL EX VITAENOBIS, TIENES IDEA DE COMO PUEDA LOGRARLO?

Mathilde dijo...

oye y que bkn lo que cuentas!
tu jefe te hizo un OWNED de aquellos
jajajaja
felicitaciones por el cambio de rubro definitivo =o)
un abrazo!

Francisca dijo...

Qué importante es quitarnos el antifaz y hacer las cosas con la cara descubierta, no?
Querida Mathilde, no soy yo, ya que este blog son textos breves sobre situaciones ficticias, pero inspiradas en la realidad :D
Muchas gracias por sus comentarios, son geniales ;D
Fran

Mathilde dijo...

aahhhh comprendo!
chori igual!
estaba leyendo la que aparece primero ahora y me gustó mucho =o)

saludos!
no sabes donde ubicar a Javier?

Francisca dijo...

No sé como ubicarlo Mathi...