Porque esto comenzó el día en que naciste y sabían todos que eras una bebita, una futura niña, una próxima mujer. De expectativas altas, los aretes de oro, el vestido color rosa. Las trenzas bien atadas, el moño alto, los zapatitos de charol y sus calcetas con blondas perfectamente blancos. Con los años la adolescente perfecta, no te puedes subir ni un gramo, perfectamente aseada. Por favor, cuide sus modales nena, postura recta, vestido planchado, joyas adecuadas, y nunca, pero nunca, maquillaje más de la cuenta. Debes tener un buen vocabulario, altas costumbres, buenos modales, cara de bondad, sonrisa perfecta. Las chicas boconas no les gusta a los hombres serios, importantes.
Cuídate de estudiar y llevar tus años en el colegio de la mejor forma, sobresaliendo, siendo partícipe de todo. Haz que la mayor parte de tu tiempo la pases en actividades que te beneficien. Ayuda a tus hermanos más pequeños a estudiar, elige un pasatiempo que hacer por la tarde. La corona solo se la lleva la más exitosa, y cuando llegues al final de esa etapa te darás cuenta de que si no haz dado lo mejor de ti, tendrás que olvidarte de todos los halagos. Porque ellos no se preocupan de esas cosas, en cambio a ti y a todas ellas les interesa ser las mejores, las más educadas, las que mejor hacen todo.
Querida pequeña y grande a la vez, los desafíos se harán cada vez mayores, sobre todo cuando entres a la universidad, y tengas que mantener tu elegancia natural. No te dejes llevar por las tentaciones, estudia todo lo que puedas, sé la mejor, aunque eso signifique ningunear y basurear a tus contrincantes. En tu mente siempre tendrá que estar en mente hacerlo todo bien. Es probable que durante ese período conozcas a tu príncipe, y luego de un largo tiempo de noviazgo te cases con él. En ese preciso momento pasarás de ser aquella mujer recién salida de la universidad que tendrá que convertirse por lejos en la mejor de todas; responder bien en el trabajo, ser agradecida con tus colegas, saludar cariñosamente a todos, lanzar una que otra risita idiota, y por la noche llegar a casa como si nada y ser la esposa atenta y cariñosa que él espera. No te preocupes que esa etapa será cortísima, porque querida mujer perfecta, pronto llegará el momento en que lo que nazca de tu vientre se apodere de tu vida, y tendrás que manifestar lo mejor de ti para ser madre. Que esa perfección que años cultivaste con encanto se transforme en la mayor manifestación de una mujer que hace las cosas bien, aunque se quede incubado entre cuatro paredes, ¿sabes por qué?, porque teme que finalmente, y como siempre lo hiciste, hagas todo mejor que él.
