Han sido 30 años de fotografías, correos, literatura y payasadas varias. Tengo toda mi vida en un pequeño dispositivo, y hoy se ha perdido. No sé si de pronto le salieron patas, tomó vida propias o qué, pero desapareció sin aviso previo alguno. Lo busqué por todos lados, entre las telarañas, los calcetines amontonados debajo de la cama, entre medio de los cojines del sofá, en el bolsillo oculto de la cartera, en el cajón de olvidados, en los revisteros que están plagados de boletas y facturas, y finalmente no dí con su paradero.
De pronto mi ilusa mente tuvo una “genial idea”; en cada poste de luz que tenga el barrio pondré un anuncio reclamando su perdida. ¡Una recompensa!, mucho mejor. Tal vez para muchos es solo un simple dispositivo, pero para mi es la vida entera, no se imaginen que exagero, es un respaldo no solo material por la cantidad de información almacenada allí y su tremendo valor, sino que también es un respaldo emocional de un valor incalculable; viajes, cumpleaños, paseos, tristezas, declaraciones de amor, rechazos, oportunidades y venganzas.
Debería haberlo llevado siempre conmigo, en mi bolsillo, tocándome el pecho, así no se hubiera escapado… ¿Y si alguien se lo llevó?, ¿y si alguien quiso llevarse mi vida?... Pero ¿habrá alguien que realmente le importe mi vida?, una vida llena de desconocidas y de intentos que nunca tuvieron resultados. Solo la vida de los genios importa, así que al parecer no tengo nada de que preocuparme. Y nunca apareció.
1 comentario:
Está bkn!!! además,,,que haríamos cada uno si se nos pierde el nuestro?? Aunque sea ese encatrado lleno de cables gigante que solo tiene 30 Gigas,,,y que en su momento costó casi un sueldo!! XD
Es solo cosa de verle la cara a quien ya le ha sucedido,,, al que ya le robaron su vida!!!
Nico
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