Me cansé de guardar mis dibujos en un cajón y los puse al lado de textos sin mucha importancia sobr

domingo, 26 de junio de 2011

El Trabajo de la Muerte


Estimados contertulios, hoy hablaré sobre un tema delicado, hoy hablaré sobre mi trabajo. ¿No me creen?, pues sí, soy la temida muerte, o al menos aquel sujeto que tiene la extraña misión de encargarse de ella. ¿Por qué hablar sobre aquello?, si bien a lo largo de sus vidas se ven colmados de un montón de dudas, incertidumbres, miedos y frustraciones, cuentan con una única y gran certeza; algún día, darán su último aliento.
Todos los días me llega un montón de solicitudes accidentales o planeadas para que me vaya a apoderar de sus vidas, me las lleve de forma brutal o bien en compañía de un gran coro de ángeles. No crean que es fácil mi trabajo, muchas veces me han tocado víctimas que rehúyen de su fatal destino y que se me han escapado como pompas de jabón entre los dedos, mientras otros corren a abrazarme e imploran su partida.
Con mis años de experiencia, les puedo decir que no hay edad o motivo común para que la muerte llegue. Morir pasado los ochenta años es un privilegio al que pocos tienen acceso, al contrario de aquellos temerarios que luchan por ser un dios, o de aquellos destinados a entregar una gran lección de vida a la humanidad. Morir es aquella oportunidad para experimentar por única vez esa faceta humana / divina a la que hombres y mujeres quieren acceder; conocer las verdades ocultas a su pobre visión terrenal y sentir el dolor pacífico que ningún dios ha experimentado.
Por eso les digo, este es un trabajo más, un trabajo necesario y urgente. ¿Se imaginan si los hombres pudiesen ser inmortales? Nunca se hubiese aprendido ninguna lección, ya no habría espacio para nuevas invenciones, ya no habría espacio para vivir. Todos ustedes nacen y al final del camino se encuentran conmigo, solo haciendo mi humilde trabajo…

1 comentario:

Anónimo dijo...

INCREIBLE!!!

Sin más palabras :)

Nico