Hace unos años conocí a un tipo… bueno, si es que realmente se puede decir que lo conocí, o más bien conocí sus antojos y vulnerabilidades. En fin, ese tipo, según él, había pasado por muchas cosas y a pesar de su corta edad conocía muchas cosas, de las que hablaba siempre con seriedad, un fuerte juicio y una insoportable auto referencia.
Se remontaba a comienzo de las década de los 90’s y los movimientos punk que la ola de los 80’s había botado. Me habló sobre la disconformidad de los primeros años de la que él decía que era una “democracia de cartón”, que aún no creía que alguien nos pudiese gobernar, que el país con dictador o presidente electo era exactamente lo mismo. Vivió en casas ocupas donde, en sus propias palabras, nunca fue muy aporte. El relato se me puso a cuestas cuando me demostró que sus ideales no tenían ni una pisca de cercanía con el verdadero movimiento punk y me contó que al poco tiempo había conocido a una chica en la universidad que había pasado un año sabático en EEUU y trajo su amor por el grunge a Chile. Poco a poco, esas pocas ropas que simbolizaban en algo su resistencia se convertían en insípidas camisas cuadrillé, pelo largo y sucio, mirada constante al suelo y un personal stereo que pareciera que nunca saldría de sus oídos. Aunque lo omite, es obvio que tenía segunda intenciones con esa chica, y como la cosa no prosperó y Kurt había muerto hace rato, comenzó a pasear por todas las modas y estilos que llegaban a él; pantalones anchos tipo militar, rastas, morrales y lana, se entintó su pelo de color, pero luego negro, fue al parque forestal y la blondie, formó parte de las filas de las primeras protestas masivas pero nunca le hizo asco a la sala murano. Se paseó por todo Santiago sin nada más que hacer, con sus padres-mecenas de ningún arte para formar parte de esta locura, colgándose a las ansias de su hijo por ser parte de la moda.
Actualmente a este tipo lo conocí como un shúper, pero un shúper con opinión de sentir que este estilo es el mejor. Si, él ha pasado por todas, aunque sea de forma superficial, claro, a él hay que respetarle sus opiniones… ¡Puaj!
5 comentarios:
Muy weno mi viditha!!! Es increible como núnca se te acaban las ideas!!!
Te amo
Por eso me caen mal los shupers. Porque son una moda y no un movimiento. No son artistas, sólo quieren parecer artistas.
Lo bueno, es que he reconocido rápidamente a las personas así, y he aprendido a descartarlas.
Interesante artículo :)
Creo solo era que se quería encontrar entre tantas modas pero se perdió.
Besos Fran
Eso es personalidad propia, sí señor.
Un saludo indio
Seguramente ahora baila en Yingo, jajajaja.
Buen escrito como siempre, saludos!
Publicar un comentario