Querido Armando: Te escribo junto a esta lejanía que ya se hace costumbre entre nosotros, esa distancia de tantos kilómetros que cada día me duele más. Te escribo hoy, y no mañana, porque sé que no gustas mucho de celebrar tu cumpleaños, porque te haces un año más grande, y el reloj comienza a tocar tus talones, todos te siguen recordando tus años y en que andas o deberías andar. Te escribo como un anticipo a las decenas de llamadas y mensajes que mañana te harán llegar los que más te quieren o se interesen en ir a celebrar contigo, algo que tú quieres hacer íntimo y privado, con quienes de verdad están en tu día a día.
Siempre he creído que en el día de nuestros cumpleaños, tenemos por única vez en el año el poder absoluto de producir encuentros, de estallar en alegría, o bien abstraernos del todo, aunque nos estén buscando, aunque no nos dejen respirar. También creo que en ese día tan especial en el que nos hacemos más viejos, tenemos que estar contentos, tranquilos y cómodos con todo lo que suceda en nuestras vidas, prohibido llorar, recibir quejas, ser parte de reconciliaciones innecesarias, ni mucho menos ser dueños de gestos hipócritas. Mejor pasar un rato agradable, con gente agradable, de pronto mejor pasarlo solo, o tal vez sea necesario elegir a una sola persona en el mundo y entregarle el privilegio de ser la única aceptada en tu vida durante ese día. Tal vez eso quieres, y por eso te envío una carta vacía, porque sé que adivinas cada palabra que quiero regalarte, como llenando el papel de poesía, de ternuras aprendidas, recordadas frases dichas al oído, leída mil veces en otras cartas.
Espero tu abordo mañana por la tarde, cuando tu cumpleaños sea tan solo una excusa para hacer algo. Esperaré que saques esa pesada mochila de tu espalda, te limpies bajo el agua, te pongas ropa limpia y salgamos. Iremos al restaurant que más desees, y mientras comamos, quiero recibir tus historias perdidas en el bosque, mientras siguiendo a un hermoso conejo te recuerdes que lo que haces es lo que más amas. Luego llegaremos a casa, y mientras el sueño nos envuelva, te acariciaré el cabello, como siempre, sin que nadie se entere de esta celebración privada, solo mía y tuya…
7 comentarios:
Cumpleaños... Y formas de celebrarlos tan diversos como seres humanos andamos sobre este planeta...
Los feliz NO cumpleaños deberian celebrarse todos los dias jejejejeje, seria genial no?
Amigo, Alicia, ya celebraba con demasiadas meriendas, en su país de lasmaravillas su no cumpleaños... Yo prefiero que el mundo me deje trankilo, y celebrar cada día, porque si... porque nos merecemos vivir tranquilos...
Saludos y un abrazo!
Mmmm a mi si me gustan los cumpleaños, más los últimos que han sido formidables, pero es cuestión de gustos, de cualquier forma felicidades a Armando.
Saludos mil.
me resulta extraño felicitar por algo que no tiene más merito que dejar pasar el tiempo.. supongo que con los no cumpleaños será distinto ;)
Lo más lindo de este post, fue que en la vida real terminó todo este dilema de forma feliz :D
Saludos!
Fran
...Por ahora. Me gusta como escribes...
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