Me cansé de guardar mis dibujos en un cajón y los puse al lado de textos sin mucha importancia sobr

domingo, 27 de febrero de 2011

1era Feria Itinerante de Fanzines

Es maravilloso vernos tomar una plaza un sábado por la tarde, llevar nuestros dibujos y publicaciones, compartir con nuestros colegas y con los curiosos que se acercan. Se espera que esta iniciativa, de la cual me llegó su invitación muy encima (por eso no pude avisarles), se repita los últimos sábados de cada mes. ¡Genial! ¿No? :)
Les dejo unas fotos...







jueves, 24 de febrero de 2011

Secretos Ajenos
















































De cinco cajones bien instalados en ese fino mueble de madera, se me ocurrió abrir el tercero. Tenía una tabla puesta encima para amontonar los papeles y sus contenidos. Después de esos papeles encontré unos sobres con cartas que me dediqué a leer, correspondencia vieja de personas que nunca alcancé a conocer y que hablan de bautizos, cumpleaños y funerales, anécdotas carentes de emociones, desde lugares en los que nunca he estado… Tanto tiempo perdido dedicada a leer cosas que no entendía y mucho menos me interesaban eran tan solo un distractor para llegar al fondo del cajón. Encontré un cuaderno forrado en cuero, con hojas muy gruesas. En la portada estaba grabado el nombre de una persona que sí conocía, en la primera página un excelente retrato de ella. Cuando uno se encuentra con el tesoro de una persona que quieres y respetas tanto, un tesoro cargado de las peores confesiones mezclado con mentiras y deslealtades, es mejor cerrar la boca. Desde ese día cuando lo veo tan tranquilo dormir a mi lado, cuando la veo a ella tan señora de su familia, cuando veo sus rostros mentirosos y culposos, siento que muero un poquito más, bien adentro, que nadie lo note. Ellos no me han incluido en su juego, son secretos ajenos, secretos que cargo como si fueran míos… 

domingo, 20 de febrero de 2011

No le des de comer a las bestias

 Encuéntrame a la orilla de los ríos que suelo detenerme a mirar, encuéntrame en mis silencios, esos que parecen ser cada vez más profundos. Encuéntrame jugando con ellas, observándolas de lejos. Si, se están muriendo de hambre. Si, ya están fatigadas, suelen desmayarse sin poder controlar la corriente que las lleva hacia el fin de sus vidas. No se han dado cuenta que de tanto fastidiar se pudren por dentro. No hay que darles nada… No le des de comer a las bestias, viste que si te pescan de un mordisco pueden tomar tu mano y luego continúan con el brazo.
¿Cazarlas? ¿Para qué rebajarse tanto? Ni siquiera su carne es rica, no vale la pena gastar trampas ni esfuerzos en atraparlas. Las águilas no cazan moscas, ellas fueron hechas para volar por los aires, no para arrastrar tierras en sus patas de ave solo para intentar agarrar un poco de comida, las águilas buscan la oportunidad o la reciben en lo alto.
Mejor ignorar esas pequeñas e insignificantes bestias, esas que pasean con disfraces sin valerlos, esas que dejan la arrogancia en los aires mientras sus cabezas se siguen llenando de aire podrido, de ganas de morder a la gente, que sigan soñando con venganzas y pérdidas de tiempo, mientras el río cargado de eterna nada y mediocridad se las lleva… Es hermoso contemplarlas desde este silencio en tierra firme, con esa misma indiferencia con la que se contempla el agua.